En un rincon del alma tengo las penas que me dejaron los "adios",

se aburren los poemas que mi mano no escribió

y me hieren los "te quiero" que mi boca no pronunció

de que sirve pues la vida reservarme lo que siento como lo hago hoy

si tal vez este dia alguien que no me conoce escuchara mi voz

martes, 22 de octubre de 2019

Porque viajar.. https://www.sinmapa.net/por-que-viajar/

Lo sabían Marco Polo, Thomas Cook y los jóvenes aristócratas ingleses del siglo XVI. También lo supieron Amelia Earhart, Isabelle Eberhardt, Mary Kingsley y Gertrude Bell. Viajar es mucho más que hacer turismo, es un ejercicio de aprendizaje constante que nos aleja de nuestra rutina, nos pone a prueba y permite conocernos mejor a nosotras mismas. Los motivos son incalculables porque dependen de cada persona. Se viaja para romper con la rutina, para tomar distancia de lo cotidiano, para conocer y experimentar de primera mano nuevas culturas, para ver «ese» templo o monumento que tanto te ha hecho suspirar al admirarlo en fotos. También se viaja para conocer gente, para conocerse a una misma, para conocer los propios límites e incluso para desdibujarlos y trazarlos «un poquito más allá». Se viaja por la adrenalina, por amor al viaje, por placer a lo desconocido y por miedo a lo desconocido. Se viaja simplemente porque sí…Porque te gusta.
No hay fronteras en tu imaginación ni en tus deseos y no debería haberlas en tu realidad. Porque te lo merecés. Porque «más adelante» puede -y suele ser- «nunca». Porque el momento es ahora. Porque a veces tu profesión u oficio no te llena ni satisface tus anhelos más profundos. Porque el mundo es más grande, bonito, generoso y solidario de lo que nos hacen creer. Porque las culturas que lo habitan son excepcionales, únicas y hay que conocerlas para entenderlas y entenderse mejor una misma. Porque viajar es un ejercicio de tolerancia, paciencia, audacia y perspicacia. Porque viajar te obsequia alas, te provee libertad, te aporta energía, te llena de ideas nuevas y fomenta la imaginación, diversifica la perspectiva con la que usualmente miras tu mundo y te abre nuevas puertas. Porque viajar es aprender y equivocarse -y viceversa. Viajar te libera de ataduras: físicas, mentales, ideológicas, espirituales, religiosas, políticas y sociales. Porque viajar te ayuda a recuperar la mirada curiosa e ingenua de la niña que alguna vez fuiste. Porque te permite salir de tu zona de confort y ponerle cara al miedo que engendra el cambio. Viajar es transgredir la estructura política y social que nos agrupa y nos encadena a una rutina de 8am a 6pm, de lunes a viernes. Viajar es para muchas una necesidad, para otras una opción y para otras un gran deseo. Viajar es exponerse por propia voluntad a un cambio drástico de la costumbre y la repetición. Levantarse cada día en un sitio diferente, hacer concesiones con la comida, las formas de transporte, los horarios, los tiempos del otro. Viajar permite conciliar nuestra cultura con la del otro. Viajar es mostrar tu cara más amable, es hablar con gente con la que una nunca imaginó, desde la comodidad del sofá de casa, que alguna vez charlaría. Es compartir mesa con un grupo de viajeros del mundo que tienen inquietudes y necesidades, a veces similares y otras muy diferentes a las propias. Es compartir experiencias con extraños con la misma intimidad con la que se cuentan secretos a una mejor amiga. Viajar es convertir a los extraños en tus amigos, hermanos, confidentes. Viajar tiene sus riesgos, pero como todo riesgo, también tiene su recompensa. Al viajar una agudiza la destreza mental, la intuición y el instinto de supervivencia. Viajar te enfrenta a la pluralidad y a la diversidad de nuestro planeta, con sus culturas y su naturaleza dramática y, durante el viaje, de repente, te das cuenta: estás viva y eres feliz.

Viajar, además de un derecho, debería ser una obligación. Viajar debería convertirse en una asignatura universitaria o una formación complementaria a la escolarizada, como lo era antiguamente, para aprender de otras culturas, descubrir otras formas de mirar y enfrentar una realidad. Debería ser un ejercicio contra el egoísmo y el individualismo crónico de quienes habitan en los países desarrollados. Viajar, queridas amigas, es un arte y es educativo.

Porque viajar es vivir el «ahora» más que nunca. Viajar te da como única opción ser espontánea y analizar las situaciones en las que te encuentras desde nuevas perspectivas.

Viajar solo conoce el tiempo verbal PRESENTE y se experimenta con los 5 sentidos.

miércoles, 28 de junio de 2017

Una noche con alguien llamado "Amor"


Siéntate a mi lado, hoy tengo muchas cosas que decirte amor, compre una botella de vino y muchas velas para adecuar el ambiente, es algo especial tu visita, llegas cuando menos lo espero y cómo me alegra tu llegada..


No sabes cuánto tiempo esperé para volverte a ver, muchas veces pensé que no lo ibas a hacer nunca más y que ya te habías olvidado de mi pero no fue así, volviste y llenaste mi vida de nuevo, me hiciste feliz, muy feliz. Me presentaste a esa persona que ahora es muy difícil sacar de mis pensamientos y junto a él vivi los mejores momentos.


Amor tu despiertas todo esto en mi, tú haces que sienta esa extraña sensación en el estomago, que me ponga a escribir como una niña, que ría tanto que ni sepa porque empecé a reír, que piense que solo existe él y yo en este mundo tan grande. Tú haces que junto a él todo sea perfecto, tú haces que yo nunca quiera separarme de él.


Sírveme una copa de vino porque hoy no es un buen día para hablar contigo y menos de ti, hoy me siento triste y sola porque siento que me  has decepcionado, pensé que esta vez era especial, que era único, que una oportunidad para sentirte de nuevo y para siempre, pero te fuiste tan rápido que ni me di cuenta, te fuiste y sin decir adiós, te fuiste sin pedir permiso. No te puedes ir así no puedes dejarme queriéndote y deseándote.


Dame otra copa por favor, hay veces que quisiera tomar tanto y así olvidar que existes y pensar que lo que tengo con él es un simple juego y nunca va a doler o nunca va a importar, sirve un poco más para no sentir este dolor tan grande que deja su ausencia. Vale la pena tomar contigo en estos momentos.


Creo que debo crecer, aceptar a veces que es momento que te vayas y no solo pensar mí sino también en él que en ocasiones tú no eres suficiente para estar juntos, quiero que lo acompañes y no lo dejes solo mucho tiempo, es bueno tenerte cerca y que él te tenga cerca así estará mucho mejor aunque yo no esté a su lado.


Espérame un segundo, voy a poner esa canción que me recuerda a ti , a él y a todo lo que vivimos juntos, me recuerda lo lindo que eres y a eso que me hacías sentir, Diooos como amo esa canción, amor tu nombre está escrito en cada palabra, ven baila conmigo antes de partir, cierra los ojos y abrázame, abrázame tan fuerte como si nunca me fueras a dejar ir y dame un beso de esos que me encantan, así guardarlo en mi memoria para esos momentos de tristeza y tu sonrisa para nunca tener motivos para ponerme triste.


Amor solo despídete bien para no dejarme ese sabor amargo en mi boca que hace más difícil todo, no me veas llorar así que da la vuelta rápido y nunca olvides que te esperaré. Solo recuerda que despedirme de ti es despedirme de él porque a él lo considero amor.

razones equivocadas

Queria verte por las razones equivocadas,
queria encontrarme contigo para sentir
que no estoy sola y cuento con tu apoyo,
para recordar como solian ser mis
mejores dias los que eran a tu lado,
pero entendí a tiempo que no es mas así
que todo lo que construimos lo perdí
que no va más un tu y yo y que los
espacios juntos a cada oportunidad
sin excusa, sin planear, escondidas,
con los demás o solos no van más
serán un asunto del pasado.
es decir, perdí una semana de discusión
en un segundo. Me dejé llevar por las
conversaciones continuas y mi subconsiente
asumió que todo era como antes y ya
nada nunca será como fue.
Menos mal cai en cuenta ahora que no me
ves, no se valen más lágrimas, no
puedo caer más.
Dejarte ir... este es el segundo momento

jueves, 2 de junio de 2011

Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico)

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. 

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. 

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. 

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. 

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos. 

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.


miércoles, 25 de mayo de 2011

El grito. Edvard Munch



El Grito de Edvard Munch es una de las más célebres pinturas de todos los tiempos y es uno de los más reconocibles iconos culturales de nuestro tiempo. No es de extrañar. Sus colores estridentes, sus rotundas pinceladas y sus retorcidos trazos lo convierten en una de las más realistas expresiones de la angustia y del dolor del ser humano.
Por eso, tampoco es extraño, que la historia que hay detrás de este cuadro sea tan tortuosa como los trazos que lo componen.
El origen de este cuadro y de toda la obra de Munch hay que buscarlo dentro de la cabeza del pintor. Un padre excesivamente severo, una infancia enfermiza y el trauma de, siendo un niño,  presenciar la muerte de su madre y una hermana llevan a Munch a sufrir serios problemas mentales que hoy en día se diagnosticarían como un desorden bipolar. El mismo Munch lo explica así:
“La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me siguieron durante toda mi vida”
La mezcla de un talento innato y su locura, dan como resultado el genio de la pintura que hoy conocemos por sus angustiosos cuadros, en donde destaca sobre todos los demás, “EL Grito”.
El cuadro comienza a gestarse en una tarde de 1892 que el pintor describe así en su diario:
Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.